martes, 27 de agosto de 2013

Los hijos nos duelen





Los hijos nos duelen..Respuesta a una madre amorosa  con la que comparto mis vivencias 

¿Porque de repente parece que se transforman?

Sobre la dificil adolescencia: Horario para volver a casa.

Reconozco  el dolor hondo y asfixiante y preguntarme, pero ¿dónde esta mi hija?, Son habituales preguntas como estas: ¿quien es esta desconocida que tengo cerca? ¿donde queda el amor y la ternura que les hemos dado?....¿podrá cambiar esta situación...? ¿cuando volverá a ser todo como antes? ...

Los hijos duelen, con un dolor lacerante que pensamos no ser capaces de soportar.Sus cambios y desobediencia nos desmontan y paralizan y no siempre sabemos como actuar.
Creo que sus cambios y su rebeldia son buenos, indudablemente necesarios para la 
construccion de su identidad, pero tambien nos ayudan a los padres a crecer. No lo dudes, aunque ahora no puedas creer que haya nada positivo en tanta negatividad e ira. 

Es util preguntarse:
¿Cómo le hablo yo?
¿Espero a calmarme y "hallar el momento" para hablar?
¿Tengo realmente en cuenta su punto de vista?
....
Con todos los seres en crecimiento es preciso educar desde el respeto y del permitir ser: Con un adolescente, es esencial la actitud de escucha y  resulta necesario  negociar. Si el dialogo se convierte en un problema de comunicación, mantenemos una lucha en la que todos perdemos, jamas hay un vencedor, solo hostilidad, culpa, rencor. Es preciso mantener la comunicacion hasta donde se pueda y nos dejen.
Otra cuestión es como se lleva a cabo la negociacion.  En este caso, sobre  las salidas y las horas de llegada, debe pactarse una hora razonable, en la que ambas partes hayan podido opinar. Una vez logrado este punto, es preciso aceptar una razonable demora en la llegada (que puede ser de 1/2 hora). Si se incumple, hay que escuchar las razones, y sin interrumpirle si es posible. Se puede descontar el tiempo que haya llegado tarde, de la siguiente salida, pero no es algo que yo aconsejo. 
Este es un tiempo duro  que ahora inicias, un tiempo en el que se tiene la sensacion de estar tirando de una cuerda: ellos en una dirección -crecimiento y autonomia- y  y en el otro lado, los padres, -normas, control, resistencias no conscientes a dejar crecer...-
¿Lo hacemos por amor? Tengo dudas. El amor está siempre, pero no está más visible  precisamente cuando ejercemos el autoritarismo en su nombre.

Algunos consejos antes de decir o hacer:

Es preciso negociar
Y escuchar, más que hablar
Y saber retirarse a tiempo cuando nos sentimos a punto de perder el control
Y esperar el momento oportuno
Y comenzar siempre con:"Seguramente no estarás de acuerdo, pero he pensado..."
Los padres somos muy pesados...lo sé.
Eres increíblemente inteligente 
tengo plena confianza en ti
Sé que eliges bien y tomas buenas decisiones...
No dudo de ti. 
Estoy tratando de superar mis malos rollos...
Y confiar
Y no demonizar las salidas
...

También resulta útil llevar un registro de los conflictos en relación con lo que sentimos:

Preguntarnos o escribir: 1) ¿ha hecho? (la situación concreta)/ 2)¿qué siento? ¿que pensamientos tengo asociados a esos sentimientos?/ 3)¿que le  he hecho/dicho? ¿que ha sucedido? ¿cual ha sido la reacción y el resultado de mi intervención?....

Es preciso ESTAR ahí desde el respeto y la autoridad. Firmes, como un sparrig de boxeo pero volviendo a la posición de referencia una y otra vez. Y un día y otro día.
Y estar creciendo como persona y como madre cada día. con dolor, porque duelen.


. Escribe,  pregunta...cuenta conmigo y confía en ti y en tu hija. Revisa tus errores y aleja la culpa de tus acciones. Reflexiona y preguntate: ¿que me pasa cuando...?¿porque...?  Estas haciéndolo muy bien, seguro.Un abrazo.
Pilar



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